La suerte ha favorecido a Donald Trump en el primer asalto del debate que enfrentará al republicano el próximo 10 de septiembre con la candidata demócrata, Kamala Harris. En un sorteo a cara o cruz, la campaña del expresidente ha resultado ganadora, lo que le permitía elegir entre cerrar el debate o escoger su posición en el escenario. Trump tendrá la última palabra, como frente a Joe Biden el pasado 27 de junio. Harris, por su parte, ha elegido el atril de la derecha de la pantalla, el mismo que escogió el actual presidente. Por lo demás, los candidatos han aceptado las mismas reglas que en aquel duelo, incluido el cierre del micrófono del candidato que no tenga el uso de la palabra.
Esa medida encorseta el debate, convertido en una sucesión de monólogos con apenas intercambio. Fue una medida que exigió la campaña de Biden para el debate de la CNN de junio pasado, después de la jaula de grillos que parecían los enfrentamientos de la campaña de 2020, en los que Trump no dejaba de interrumpirle. Precismante la forma en que Biden cortó a Trump en el primero de aquellos debates (”¿Te vas a callar, hombre?”) le dio muchos puntos para salir ganador. También Harris recurrió a una frase cortante (”Estoy hablando”) para zafarse de las interrupciones de Mike Pence en el debate de candidatos a vicepresidente de 2020.
Aunque la medida fue impuesta por la campaña de Biden, terminó beneficiando a Trump, que pareció más moderado y contenido. Por otra parte, la ausencia de interrupciones no impidió que Biden naufragase él solo en una marejada de lapsus y titubeos que encendió las alarmas en el Partido Demócrata y terminó por apartarle de la carrera de la reelección.
Ante el nuevo debate, la campaña de Harris insistió en que los micrófonos estuvieran abiertos todo el debate, pero la negativa republicana (pese a que Trump dijese preferirlo) ha hecho que se repitan las normas del debate entre Trump y Biden, que eran las pactadas antes del relevo en la candidatura demócrata. A pesar de que la campaña de Harris está en desacuerdo, ha acabado aceptando la situación. “Entendemos que hay riesgo de que Donald Trump se salte el debate por completo, como ha amenazado con hacer anteriormente, si no accedemos a su formato preferido”, indica un mensaje de la campaña citado por AP. Para no “poner en peligro el debate”, añade, aceptan “todo el conjunto de normas propuestas por ABC, incluidos los micrófonos silenciados”.
El debate de la semana próxima lo organiza ABC News. Se celebrará en Filadelfia, en el National Constitution Center, y se emitirá a las 21.00 horas del Este de Estados Unidos (las 3.00 de la madrugada del miércoles 11 en la España peninsular) y estará moderado por David Muir, presentador de World News Tonight, y por Linsey Davis, presentadora de Prime, de ABC News Live. La cadena ha hecho públicas este miércoles las reglas que regirán el encuentro, el primero entre ambos y, por ahora, el único acordado.
Los candidatos permanecerán de pie detrás de los podios durante todo el debate y no se permitirá en el escenario ningún tipo de atrezzo ni llevar notas escritas previamente. Cada candidato recibirá un bolígrafo, un bloc de papel y una botella de agua.