En algún punto de esta semana se espera que los reguladores federales de salud de Estados Unidos voten para autorizar que los refuerzos de las vacunas contra el COVID puedan ser colocados de manera indistinta, sin importar quién haya fabricado la vacuna. Es decir, hasta ahora solo se autorizaba que quienes recibieron la vacuna de Pfizer se coloque una tercera dosis de Pfizer, pero cuando se dé la autorización, el paciente pudiera recibir una dosis de refuerzo de Moderna o de Johnson & Johnson.
Los resultados preliminares de un estudio encargado por el gobierno en el que se mezclaron vacunas para el refuerzo indican que una dosis extra de cualquiera de las tres vacunas aumenta considerablemente el número de anticuerpos. Sobre todo para aquellas personas que tenían una mono-dosis de Johnson & Johnson. Cuando se les colocaba un refuerzo de Pfizer y Moderna, los anticuerpos se disparaban. Si el refuerzo era de Johnson & Johnson, la respuesta inmunológica no era tan fuerte.
Un posible problema de este sistema pudiera darse con Moderna. El laboratorio indicó que en sus estudios el refuerzo era suficiente si después de las dos dosis iniciales el paciente se daba media dosis más. Si se aprueba el sistema de mezcla de vacunas, sería imposible contar con medias dosis. Además los estudios se hicieron con dosis completas.
La mayor ventaja de la mezcla de vacunas tiene que ver con un tema logístico. Poder colocar cualquiera de las vacunas hace mucho más fácil una vacunación masiva en el país para una tercera dosis. No sería necesario para los pacientes tener que buscar un centro de vacunación en el que tengan el tipo de vacuna que ellos necesitan. Recordemos que muchos de los centros de vacunación donde las personas en el país se inocularon inicialmente están cerrados ahora, por lo tanto volver al mismo sitio puede no ser una opción.
Además, los médicos indican que aquellos pacientes que tuvieron efectos secundarios severos con las primeras dosis, pueden sentirse más confiados para un refuerzo si es de otra marca.
Por el momento la recomendación de los CDC (Centros para el Control de Enfermedades, según sus siglas en inglés) es que se dé una dosis de refuerzo los mayores de 65 años, los trabajadores médicos o aquellos cuyas labores lo expongan más al virus, así como toda persona mayor de 18 años con una enfermedad pre-existente que sea más débil frente al COVID-19.