Es cierto que Saúl Álvarez (55-1-2, 37 KO’s) viste un outfit de la exclusiva marca italiana Dolce & Gabbana, pero lo suyo resulta más discreto que lo de Billy Joe Saunders (30-0, 14 KO’s), cuyo elegante traje gris, lentes oscuros y venenosas palabras terminan empequeñecidos cuando finalizan esos tensos segundos frente al considerado por muchos expertos mejor libra por libra en la actualidad.
Después de retarlo con la mirada, el campeón supermediano de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) extiende la mano derecha al Canelo, quien —sorprendido— atina a chocarle el puño derecho.
El riesgo de contagio de Covid-19 es el pretexto, aunque la realidad es que al tapatío no le agrada esa hipocresía —disfrazada de valentía— que distingue a su rival de mañana.
“He estado involucrado en muchas peleas importantes y este es sólo otro día en la oficina”, afirma Álvarez. “Vengo a ganar; el boxeo es mi vida”.
La cual le permitirá hacer historia. Para el combate, se han vendido poco más de 65 mil boletos, con lo que romperán el récord de más espectadores para una función bajo techo en EEUU, que pertenecía al combate entre Muhammad Alí y Leon Spinks, en 1978
