res mujeres que se sometieron a «faciales vampiro» en un spa ahora cerrado en Nuevo México y fueron diagnosticadas con VIH serían los primeros casos documentados de personas que contrajeron el virus tras tratamientos cosméticos con agujas, según informaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés).
El VIH es el virus de inmunodeficiencia humana, que se puede transmitir a través del contacto sexual sin protección con una persona infectada. También al compartir agujas con una persona infectada, a través de transfusiones de sangre de personas que tengan el virus o a través de una madre que esté infectada y le transmita la enfermedad a su bebé.
¿Qué es un «facial vampiro»?
También conocido como tratamiento facial de proteínas ricas en plasma, el «facial vampiro” consiste en inyectar plasma en la piel de la cara utilizando una herramienta llamada lápiz de microagujas. Ese plasma normalmente proviene de la sangre propia del paciente.
Cuando se realiza de forma segura y adecuada, este tipo de tratamiento –que se promueve para rejuvenecer el rostro– no debería exponer a los clientes a ninguna infección transmitida por la sangre.
¿Cuándo, entonces, hay riesgo? Las infecciones podrían ocurrir si se reutilizaran las puntas de microagujas o jeringas, o si se usara la sangre de otro paciente para realizar el tratamiento facial, por ejemplo.
Según los CDC, no se había documentado previamente una transmisión de VIH por servicios de inyección cosmética a través de sangre contaminada. “Sin embargo, la transmisión del VIH mediante prácticas de inyección no estériles es un riesgo conocido”, aclara el informe de los CDC.
“La investigación de múltiples infecciones por VIH entre personas sin factores de riesgo de VIH conocidos que recibieron plasma rico en plaquetas con microagujas (tratamientos faciales de vampiros) en un spa no autorizado de Nuevo México reveló una probable transmisión del VIH asociada con estos servicios de inyecciones cosméticas”, añade la publicación.
El spa cerró en 2018 después de que una inspección estatal encontrara prácticas inseguras que podrían producir infecciones transmitidas por la sangre a los clientes.
En junio de 2022, el propietario del spa se declaró culpable de cinco delitos graves por practicar la medicina sin licencia, dijo entonces el Departamento de Salud.
En su reporte, los CDC consideran que «exigir prácticas adecuadas de control de infecciones en las instalaciones de spa que ofrecen servicios de inyecciones cosméticas puede ayudar a prevenir la transmisión del VIH y otros patógenos transmitidos por la sangre».